Lleva ya tres meses consecutivos de caída mientras el resto de los precios de la economía sube. Y con las tasas de interés ahora bajando la pregunta sobre si conviene invertir en pesos retumba más fuerte.
El Gobierno brinda dos respuestas en público cuando se le pregunta sobre el precio de la divisa. Por un lado sostiene que no le interesa, y que lo que le importa es la inflación. Que los argentinos deben perder el miedo. Por otro lado, asevera que el desafío hoy en día es evitar que el dólar baje porque su oferta supera a la demanda, y mucho más con el aumento de la soja en estos meses.
Ningún experto acusa al Gobierno de ‘regalar’ hoy los dólares como sí lo hizo el gobierno anterior en su último etapa a $9. Pero siete economistas de distintas vertientes expresaron su temor por el atraso en el precio del dólar. Ellos son Luciano Cohan (Elypsis), Daniel Artana (Fiel), Roberto Frenkel y José María Fanelli (Cedes), Diego Coatz (UIA), Miguel Angel Broda y el ex ministro de Economía Domingo Cavallo.
¿Por que ocurre el atraso?
El peso perdió 4,8% de competitividad al comparar la evolución del dólar en Argentina y la inflación, frente a 57 socios comerciales del país. Cohan, dijo: “El resultado se explica por la apreciación de nuestra moneda y la inflación local”.
En el futuro…
“El Gobierno partió con un diagnóstico equivocado en materia de inflación”, opina Frenkel. “Ahora no tiene otra alternativa que dejar atrasar el precio del dólar para que el resto de los precios de la economía no se le muevan más”. Tambien agregó que “A fin de año el atraso será similar al que había antes de la devaluación de diciembre”.
Riesgo según Fanelli
Riesgo de que “El crecimiento no sea finalmente lo que se espera debido a que la evolución de las variables de corto plazo no se alinea con lo que la Argentina necesita para reanimar la generación de empleo”.
Las tensiones a fin de año podrían aumentar si los dólares del blanqueo agravan el atraso cambiario, señala Artana.
En el Central, por su parte, consideran que el dólar estable ayuda a no fogonear los precios, que las tasas en pesos aún son atractivas y que el atraso cambiario no es crítico.
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